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Cinéfilo, no tan seriéfilo.

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sábado, 21 de agosto de 2010

El campamento indio

N
o se que me pasó, ¿me desmayé?, ¿me drogaron?, ¿me anestesiaron?, no se pero me desperté atado a un gran tronco, alrededor mía había muchos palos y a mi lado, también atada, estaba July intentando desatarse. Un hombre con la cara pintada de rojo, él levantó la mano y después la bajó, los indios que estaban alrededor de él cogieron unos palos y los incendiaron, después dejaron el los palos con el fuego alrededor nuestra. El humo llegaba a nuestros ojos, nos quedábamos sin respiración, el fuego llegaba hasta los zapatos, que calor que hacía allí pero uno de los indios vio a July, la miró a los ojos y ella le miró también entre el humo, entre ellos dos se podía observar una atmósfera romántica pero le dije que no era momento para eso entonces un árbol cayó y aplasto todas las tienda de campaña de aquellos estúpidos habitantes, el chico de antes se acercó a nosotros, apagó el fuego y nos desató. Le di las gracias pero no me escuchó porque estaba demasiado ocupado analizando el cuerpo de mi compañera. La cara de July se puso tan roja como un tomate, yo creo que estaría pensando en como ligárselo y esas cosas de adultos.

         -Me llamo Cazador de la Gran Paloma Blanca o más abreviado, Caz.- le dijo el indio a July.

         Caz nos llevó hacia un frondoso valle lleno de vegetación, había unos árboles que acababan en punta, alrededor del río estaban los animales bebiendo el agua cristalina donde se veían los pequeños peces de colores saliendo y entrando del agua.

         - Si os vais por ese lado del bosque llegaréis a un gran acantilado, camináis siete kilómetros a la derecha y encontraréis un puente pero hay que tener mucho cuidado porque los seres que se encuentran en el fondo del acantilado pueden mover el puente o hacer una cosa peor.

martes, 17 de agosto de 2010

Hora de jugar

U
na vez que estuve enfrente de la puerta de Shunshine todos me desearon buena suerte, el rey hizo un gesto con la mano derecha y la puerta se abrió poco a poco, después salí y sentí una horrible brisa de calor, a mi lado me acompañaba July dispuesta para la acción.

         Estuvimos andando por lo menos dos horas, cogí mi cantimplora y le di un pequeño sorbo, sabía a agua con barro, escupí esa mezcla y lo que vi no era agua era… sangre.

         Empecé a escupir saliva rápidamente y tiré la cantimplora a un lado del camino, a los pocos segundos me faltaba aire, tampoco veía nada  y me sangraba la boca.

         Inmediatamente reconocí que había sido un mal pensamiento, me lo había inventado todo, cuando abrí los ojos, July me estaba reanimando porque me había desmayado por culpa de la ola de calor que acechaba ese mundo.

         Cuando recuperé el ánimo seguimos andando y a nuestra derecha nos encontramos con una especie de pueble indio, nos adentramos y un habitante nos llevó hasta una tienda adornada con telas, pinturas y pieles, dentro había un hombre gordo con una vestimenta un poco extraña, llevaba unos pantalones hechos por una piel de lince, una camiseta de tela blanca con rayas azules y negras. Se levantó y preguntó en su idioma:

         - ¿Swanada shabganada?

         July me tradujo esas extrañas palabras- ¿Quiénes sois?- cuando estaba a punto de decir mi nombre, July se adelanto y le preguntó algo que yo no entendía y él le contestó y la cara de mi compañera se puso pálida.

martes, 3 de agosto de 2010

Shunshine

U
na fila de gnomos bailaban alrededor mía diciendo:

         - ¡Viva el salvador!, ¡viva el salvador!

         ¿Yo era el salvador?, miré el Libro Secreto y ponía que dentro de Sunshine celebrarían mi llegada y tendría que poner en prueba mis conocimientos, ¿qué conocimientos?, los gnomos pararon de bailar y un humo verde inundó todo Sunshine, un hombre con una capucha roja apareció ante nosotros.

         - Así que tu eres ese tal Rick, me han hablado de ti. Sígueme.

         Nos dirigimos a una pared, el dijo unas palabras que parecían mágicas y la roca se convirtió en una puerta, entramos y nos sentamos en unas sillas de metal, delante de nosotros había una gran mesa con papeles desordenados, el hombre se sentó enfrente de nosotros, se quitó la capucha  y dijo:

         - Soy Eric, el rey de esta hermosa ciudad, supongo que tienes el libro porque si no lo hubieras traído no se cómo hubieras llegado hasta aquí. Te hablare sobre él, cada vez
que hagas lo que te pide escribirá otra cosa, y todo esto ¿para qué?, te preguntaras, pues para ayudarnos a acabar con el horrible Wares, fuera de las ciudades hay monstruos que trabajan para él y tengo una mala noticia, ese horrible W, como lo llamamos, ha raptado a Mariam.

         Tenía que salvarla, era la oportunidad de demostrarle mi amor, Eric le dio a un botón que había encima de su mesa, de repente las paredes se abrieron y dos hombres vestidos de negro trajeron unas especies de armas, las pusieron encima de la mesa.

         - Como ya sabrás, fuera de esta ciudad hay muchos peligros, algunos mortales por lo que te regalo estos estupendos artefactos o si lo quieres decir de otra manera, armas, el bolígrafo se convierte en un mechero pero con una fuerza enorme, la espada sirve para lo que sirve una espada, el escudo es para defenderte y de esta cartera salen pequeñas estrellas ninja, esto es todo tu armamento.

         Me quedé hipnotizado, lo que podría hacer con todas esas cosas.